Decepción y preocupación de parte de actores sociales por los resultados de la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición (CIN2) - Alianza por la Salud Alimentaria

Decepción y preocupación de parte de actores sociales por los resultados de la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición (CIN2)

  • Uno de los motivos principales de su preocupación es la falta de reconocimiento de las causas estructurales de la mala nutrición que ocurren a nivel social, económico y político.

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26 de noviembre, 2014. En su declaración final sobre los resultados de la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición (CIN2), que se realizó recientemente en Roma, Italia, organizada conjuntamente por la Organización de las Nacionaes Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), miembros de organizaciones de la sociedad civil y de movimientos sociales de todo el mundo expusieron los motivos de su preocupación por la manera en que fueron abordadas las estrategias para garantizar la seguridad alimentaria en la población mundial.

Uno de los motivos principales de su preocupación es la falta de reconocimiento de las causas estructurales de la mala nutrición que ocurren a nivel social, económico y político. Consideran que esta situación influyó directamente en el tipo de soluciones que fueron propuestas durante la conferencia.

En primer lugar es necesario que se reconozca que el actual sistema alimentario y los modelos de producción agro-industrial no han contribuido a la solución de la mala nutrición, sino que de manera contraria, han exacerbado el problema al “crear varias formas de mala nutrición y reducir la diversidad y la calidad de nuestras dietas”.

Además, este sistema de producción genera daños de alto impacto e irreversibles al medio ambiente, como por ejemplo la erosión y la contaminación del suelo, la acidificación de los océanos, la pérdida de la fertilidad, la reducción de la biodiversidad y el cambio climático.

Mencionan que por el contrario, se requiere de sistemas alimentarios sostenibles, dinámicos y prósperos, profundamente arraigados en la ecología, sólidos desde un punto de vista ambiental, cultural y socialmente adecuados que promuevan la soberanía alimentaria de los países.

En este mismo contexto es imprescindible ver a las y los productores de alimentos como actores clave y se les debe apoyar a través de un modelo agroecológico que promueva los mercados regionales y locales.

Además es necesario tomar acción para mejorar sus condiciones de vida ya que los bajos salarios están asociados a la mala nutrición.

Es fundamental además que se reconozca que las mujeres son los principales agentes del cambio en la lucha contra la mala nutrición, por lo que debe garantizarse la realización integral de todos sus derechos.

Con el fin de dar soluciones integrales a la mala nutrición, comprendiendo a la alimentación como la expresión de valores, culturas, relaciones sociales, se hace un llamado a los Estados miembros a que se comprometan a integrar las acciones para mejorar la nutrición en todos los sectores y programas —agua, saneamiento, educación, empoderamiento de las mujeres— e incorporar la nutrición en la agricultura.

De igual modo, demandan el reconocimiento, validación, respeto y protección de los conocimientos tradicionales para garantizar la nutrición adecuada.

Además, se debe adoptar el principio de “no hacer daño” (no harm) como principio no negociable de toda política que tenga que ver con alimentación, de manera que garanticen como mínimo que no se hará daño a la nutrición de las personas.

Al respecto, se deben regular las prácticas e iniciativas del sector empresarial que interfieran negativamente con el derecho humano a una alimentación y nutrición adecuadas, los derechos de las mujeres y el derecho a la salud.

Ejemplos de esto son actividades como el acaparamiento de la tierra y del agua; la contaminación del suelo, de los alimentos, del agua y de los seres humanos con agroquímicos; la mercantilización de las semillas; la comercialización de los sucedáneos de la leche materna; la producción y la comercialización de comida chatarra ultraprocesada sobre todo, pero no solamente a las niñas y niños.

De igual forma, es imprescindible tener presente que el uso de suplementos como alternativa para solucionar los problemas no debe influir negativamente la nutrición de las personas, en especial en las prácticas de lactancia materna, así como en el consumo de alimentos locales y la economía familiar de los más pobres.

 

Descargar declaración CIN2 aquí

 

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