Contaminación y bebidas azucaradas dañan órganos de forma severa: UNAM - Alianza por la Salud Alimentaria

Contaminación y bebidas azucaradas dañan órganos de forma severa: UNAM

  • Niños y ancianos, los más vulnerables, reportan académicas.


 

15 de enero, 2018. La combinación del medio ambiente contaminado y bebidas azucaradas ocasiona daños severos en diferentes órganos, especialmente en el páncreas endócrino y el riñón, señala una investigación realizada por Teresa Fortoul y Adriana González Villalba, del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este trabajo es la continuación de otro en el que se analizaron y compararon fragmentos de pulmones de personas que vivieron en Ciudad de México entres las décadas de los 50 y 80. Se comprobó que, como resultado de la cada vez más acentuada quema de combustibles derivados del petróleo, la concentración de metales –como el vanadio– en esas estructuras anatómicas había aumentado con el paso del tiempo.

En un comunicado, la UNAM informó que desde 2013 las académicas estudian en un modelo –en colaboración con alumnos de licenciatura y posgrado– las alteraciones metabólicas causadas por el efecto combinado de dichos factores.

Los reportes de la investigación indican que niños y ancianos son más vulnerables al deterioro causado por metales que contienen los combustibles derivados del petróleo, pero también inciden en problemas metabólicos, es decir, los que aparecen con ciertas enfermedades como la diabetes.

Fortoul, González Villalba y sus colaboradores han observado que el vanadio, por sí mismo, y en combinación con el consumo de bebidas azucaradas, causa alteraciones tanto en el perfil lipídico como en la glucosa en sangre.

Fortoul comentó que si a la alteración metabólica que representa la obesidad infantil se suma que los niños de Ciudad de México viven en un ambiente contaminado, es probable que a corto o mediano plazos muchos de ellos tengan problemas de memoria y aprendizaje.

Fuente: www.jornada.unam.mx/2018/01/15/sociedad/036n2soc.

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