“No hay razón para mantener como está el etiquetado de productos procesados” - Alianza por la Salud Alimentaria

“No hay razón para mantener como está el etiquetado de productos procesados”

  • No proporcionan la información necesaria para tomar decisiones de consumo saludables y evitar así el crecimiento del sobrepeso y diabetes, señala ex directora del IFC-UNAM.

Etiquetado tipo GDA (incomprensible) en lata de coca-cola

Isaac Torres Cruz | 31 de agosto, 2018. «No sabemos por qué la Suprema Corte de Justicia de la Nación dejó como está el etiquetado de productos procesados, puesto que éste no nos ayuda a entender qué contienen, así como tampoco a tomar decisiones saludables. No hay razón para mantenerlo«, señaló Marcia Hiriart, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, quien ha realizado estudios en modelos animales para demostrar que la ingesta de bebidas azucaradas en exceso genera daños metabólicos.

En conferencia con otras 2 especialistas de esta casa de estudios, la científica refirió que no se puede parar el mundo en el que vivimos y no se pueden prohibir estos productos, causantes de la epidemia de sobrepeso y obesidad del país, por lo que una de las soluciones clave para contrarrestar el problema es mediante la información y toma de decisiones saludables, para lo cual se necesita de un etiquetado frontal claro.

El etiquetado actual, explicó, puede tener 6 formas distintas de referirse a azúcar y edulcorantes, y tenemos derecho a una información clara sobre éstos. “Para entenderlo se necesita un grado de médico o doctor en ciencias para entenderlo bien, que no es el conocimiento general de las personas, quienes ven las etiquetas y sus 6 formas de azúcares y piensa que el producto es bajo en calorías”.

La ex directora del IFC añadió que debe de haber un etiquetado para que la gente decida si consumirá este tipo de productos y si se los dará a sus hijos. “No hay razón para que el etiquetado no sea claro”.

Apuntó que la ingesta de estos productos deberían de ser deliberados por una decisión similar a si uno se arriesga a fumar, beber o realizar alguna otra actividad de riesgo.

Además, el entorno en que se tomen esas decisiones en casa influirá el comportamiento de los niños.

“La solución de raíz sería dejar de vender estos productos, pero si el interés económico no lo permite, la industria al menos debería mejorar la calidad y disminuir la cantidad de edulcorantes que utiliza. No podemos seguir envenenando a nuestros hijos y nuestros cuerpos comiendo y tomando ese tipo de cosas”, señaló por su parte Ana Lilia Rodríguez, académica de la Facultad de Medicina.

Adicionalmente, agregó, este tipo de medidas no son útiles si no se cambia el entorno social, el cual ahora propicia el consumo de comida y bebida chatarra.

La especialista refirió que actualmente el 75% de la población adulta y 35% de los niños en México tiene sobrepeso u obesidad.

“Incluso, hay infantes de 8 y 10 años que ya tienen diabetes tipo 2, cuando antes esa enfermedad se presentaba de los 40 años en adelante”.

Resaltó que hay evidencia de la repercusión de los hábitos en esta pandemia: por ejemplo, en una sola comida rápida hay 50% de las calorías que necesitamos por día.

También explicó que se requieren 150 minutos a la semana de ejercicio para mantener el peso, y para perderlo, 300.

Pero incluso quienes se ejercitan 5 horas, si están sentados más de 11 horas al día tienen riesgo de muerte cardiovascular.

La universitaria advirtió que se “programa” a los niños para estos padecimientos desde el útero si las mujeres que se embarazan ya tienen obesidad o sobrepeso.

Las académicas enfatizaron que el sobrepeso, obesidad y prediabetes son enfermedades que son reversibles con un cambio en el estilo de vida, con ejercicio y dieta sana.

Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2018/1092276.html

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