Organismos internacionales, nacionales, académicos y sociedad civil, llaman a realizar un trabajo integral para frenar la obesidad en México

• Ninguna acción aislada por sí sola es suficiente para resolver el problema de la obesidad en México, se requiere de un trabajo multisistémico desde diferentes áreas.
• Se requieren acciones puntuales para enfrentar la obesidad como es transitar a un sistema alimentario justo, saludable y sostenible, promover entornos saludables y desarrollo de políticas públicas que privilegien el derecho a la salud.

Ciudad de México, 3 de marzo, 2021. En el marco del Día Mundial de la Obesidad, a conmemorarse el 4 de marzo con el lema #JuntosSinEstigma, diversos expertos en materia de salud pública, así como organismos internacionales y nacionales, se pronunciaron respecto al tema, para recordar la importancia de tratar a la obesidad como una enfermedad a través de un paquete integral multisistémico, el cual permita sumar esfuerzos para superar el problema de salud pública que enfrenta México entorno a esta enfermedad y coincidieron que ninguna acción aislada por sí sola es suficiente para resolver el problema.

En México, ha quedado en evidencia cómo la obesidad además de otras enfermedades crónicas, son un factor de riesgo y aumentan la probabilidad de muerte al contagiarse por COVID-19.

Al respecto, el doctor Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), declaró: “Para este día, una de las grandes preguntas que se ha hecho la Federación Mundial de Obesidad es cómo regresar mejor después de la pandemia, ya que se han evidenciado los efectos de sindemia que hay entre el COVID-19 y las enfermedades crónicas, incluyendo la obesidad”.

La pandemia por COVID-19 ha permitido dar mayor visibilidad a un problema que el país ha enfrentado ya por varios años que tiene que ver con un cambio sustancial en la forma en la que nos alimentamos, la dieta de los mexicanos ha tenido un aumento en el consumo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, desplazando así el consumo de alimentos sanos.

En ese sentido diversos académicos e instituciones nacionales han señalado la importancia de hacer un cambio sustancial en el sistema alimentario para transitar a uno que sea justo, saludable y sustentable.

Al respecto, el doctor Juan Rivera Dommarco, director del INSP, declaró que: “La buena alimentación es el pilar principal de la salud en todas las edades y del desarrollo de capacidades en niños y adolescentes”.

Rivera Dommarco añadió que: “Es importante reconocer que la obesidad es una enfermedad multifactorial, en donde influyen factores genéticos, fisiológicos, hormonales, psicosociales, culturales y ambientales, (…) por lo que debemos evitar estigmatizar a la persona que la padece”.

De acuerdo con la estrategia nacional para hacer frente a la obesidad en México, realizada por el INSP se requiere de un paquete integral multisistémico de acciones que contribuyan a enfrentar el problema de la obesidad desde un enfoque íntegro y sin estigma, estas acciones comprenden el trabajo de varios sistemas:

1. Sistema alimentario: Producción, distribución y abasto de alimentos saludables, y con mínimo procesamiento, privilegiar a pequeños productores agropecuarios y producción agroecológica, fomentar el desarrollo de cadenas agroalimentarias amigables con el ambiente. El gobierno no debe distribuir productos que dañen la salud.
2. Sistema escolar: Promover espacios que promuevan la salud, actividad física y prevención de la mala nutrición, fortalecer los lineamientos de venta de alimentos y bebidas saludables, garantizar disponibilidad de agua potable, promover la actividad física.
3. Entorno alimentario: Fortalecimiento de impuestos a alimentos calóricos y bebidas azucaradas, etiquetado de advertencia, restricción de publicidad de productos dirigidos a la infancia, transformación del entorno para promover la actividad física. Subsidios a programas de abasto y distribución de alimentos frescos (frutas y verduras), así como granos enteros.
4. Sistema de salud: Promoción de lactancia materna, alimentación saludable complementaria, sin bebidas azucaradas y alimentos con altas cantidades de azúcares, grasa, y sal, acceso a servicios de salud preventivos, esquemas de inmunización completos, consejería alimentaria mediante las Guías Alimentarias Actualizadas, tratamiento integral de la obesidad y sin estigma.
5. Comunicación y orientación alimentaria: Actualización de las guías alimentarias y sostenibles, campañas de comunicación y orientación alimentaria.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también se ha pronunciado sobre cómo enfrentar el problema de la obesidad a nivel regional y en el país con diversas recomendaciones para los gobiernos.

Si bien el organismo reconoce que la educación es una herramienta importante que puede ayudar a combatir la enfermedad, es a través de la implementación de las políticas públicas, orientadas a cambiar el entorno en el que la población se mueve, las que han demostrado una mayor efectividad en los cambios a nivel poblacional, entre las cuales destacan: el fortalecimiento de la promoción de la lactancia materna a través del cumplimiento del Código de Sucedáneos de la Leche Materna, mejorar el entorno en el ambiente escolar, la reglamentación de la publicidad dirigida a la infancia, así como políticas fiscales.

La situación que se vive a nivel regional por la obesidad es preocupante. Al respecto el representante de la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en México, Christian Morales, declaró que: “La obesidad es un gran problema de salud pública que ha alcanzado proporciones epidémicas en el mundo y en nuestra región. La obesidad casi se duplicó entre 1980 y 2008.”

Y añadió que: “En las Américas, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad es la más alta. 62% del sobrepeso en ambos sexos y 26% de obesidad en la población mayor a 20 años.”

Además, explicó que si bien este es un problema que afecta a todos, es particularmente preocupante su incremento acelerado entre niños, niñas y adolescentes ya que hasta un 25% de los menores de 19 años se ven afectados por esta enfermedad.

Como lo han comentado los expertos en el tema, para dar frente al problema de la obesidad es necesario realizar un trabajo desde diferentes sectores, uno de ellos desde la parte legislativa, la cual ha tenido un papel fundamental en el desarrollo de políticas públicas, aunque aún queda mucho por hacer.

Sobre este tema se pronunció la diputada Carmen Medel, presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, quien habló de los esfuerzos que se están generando desde el Poder Legislativo para contribuir a la mejora de la salud de los mexicanos, para que, desde un marco jurídico, en México sea efectivo el derecho a la salud y declaró: “Ante el desarrollo de toda política pública se debe privilegiar el interés superior de la niñez por encima de todo, para que no sean víctimas de la industria de comida chatarra, ya que sólo buscan el incremento de sus ventas, un ejemplo de esto es el etiquetado de advertencia que permite conocer lo que realmente estamos comiendo y que restringirá la publicidad dirigida a la infancia”.

Por su parte, el doctor Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, comentó que: “Es urgente acelerar el paso en las políticas públicas, en la promoción y la acción de todas las instituciones”, para atacar el problema de obesidad en México.

Además, expuso la importancia que juega el sistema agroalimentario en el combate a la obesidad, el cual debe ser idealmente un sistema socialmente justo (desbalance de productos saludables frente la producción alta de productos ultraprocesados, injusticia social en la producción de alimentos con los pequeños y medianos productores, quienes pueden impulsar la producción de alimentos saludables), saludable (sistema enfocado en ello) y sustentable (para el planeta y para los individuos).

Desde el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil, Ana Larrañaga, directora de Salud Crítica y coordinadora de la coalición ContraPESO, habló sobre cómo la sociedad civil ha estado cada vez más presente en la discusión en torno a la obesidad.

Larrañaga explicó que ahora las organizaciones de la sociedad civil se han alejado del rol asistencialista de hace años, para adoptar un papel activo en la incidencia en políticas públicas, denuncia cuando hay interferencia de la industria, realizando un trabajo para promover la creación de políticas públicas sin conflicto de interés. “Hemos tenido la fortuna de acercarnos a tomadores de decisiones que están abiertos a recibir la evidencia científica y las problemáticas detectadas” para poder avanzar en el tema. Y cerró su participación diciendo que “la obesidad y las enfermedades no transmisibles son un problema público que debemos abordar juntos.”

Finalmente, un rol importante para el trabajo en el tema de la obesidad lo realizan asociaciones internacionales como es la Federación Mundial de la Obesidad, quienes trabajan con comunidades, el sector de salud y gobiernos para generar evidencia científica que permita conocer más sobre esta enfermedad.

Al respecto, la doctora Johana Ralston, directora de la Federación Mundial de la Obesidad, hizo referencia a que: “En el 2013, la OMS aprobó el objetivo de no aumentar la prevalencia de la obesidad infantil en adultos previsto para el 2025. Asimismo, se lograron aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se incluye la reducción de la mortalidad prematura causada por enfermedades no transmisibles para el 2030.”

La doctora Ralston hizo hincapié en que lograr estas metas a nivel global dependerá de cómo se aborde el problema de la obesidad.

Por todo lo anterior y ante los pronunciamientos de diversos expertos en materia de salud pública, así como organismos internacionales y nacionales que trabajan a favor de la salud, es que se hace un llamado a los gobiernos y la sociedad para tratar la obesidad seriamente, juntos y sin estigma, a través de un paquete multisectorial e integral.

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