Familias sacrifican calidad en su alimentación - Alianza por la Salud Alimentaria

Familias sacrifican calidad en su alimentación

  • Citadinos gastan más en pan dulce, galletas, refrescos y pastas, que en huevo, leche y queso.

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Gabriela Rivera | México, D.F. 5 de agosto, 2013. Ante el encarecimiento de los alimentos desde mediados de los años 90, las familias han ajustado su gasto hacia productos de menor precio, pero también de bajo valor nutrimental.

Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria (COA), cuestionó las mediciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) sobre pobreza alimentaria al considerar una canasta básica alimentaria con base en patrones de consumo, pero sin evaluar su valor nutrimental.

“Es una medición subjetiva, no de alimentos de calidad. La canasta básica ahora incluye alimentos industrializados que contribuyen al problema de obesidad y sobrepeso en la población”, aseguró la especialista.

El estudio Línea de Bienestar y Canasta Básica 2012 de Coneval reveló que en las zonas rurales cada persona gasta unos $63 pesos al mes en sopa de pasta, galletas, pan dulce y refrescos, lo que equivale a 7.6% de su presupuesto. Esta cantidad se acerca a los $64 pesos que destina al consumo de legumbres.

Mientras tanto, en las ciudades el consumo de sopas de pasta, pan dulce, cereal, jugos, néctares y refrescos cuesta cada mes $134 pesos por cada miembro de la familia, lo que se traduce en 11% de su gasto en alimentos. El monto supera por mucho los $123 pesos que le cuesta consumir huevo, leche y queso.

Ponce reiteró que hace 3 años encontraron que las familias de la región de La Montaña de Guerrero gastan $40 pesos en un paquete de galletes, un refresco, un kilo de azúcar y 8 huevos.

De acuerdo con el estudio de Coneval, estos alimentos son más económicos que la leche, frutas, verduras, el huevo, la carne de res o el pollo; una familia necesitaría $250 pesos mensuales por cada miembro para cubrir sus necesidades alimentarias.

En México, 27.4 millones de personas no tienen ingresos económicos suficientes para comprar la canasta alimentaria considerada por el gobierno federal, y en los últimos 2 años la cifra aumentó 3.1 millones de personas, según el informe Medición de la Pobreza 2012 del consejo.

Ponce resaltó que los bajos ingresos y la falta de empleo llevó a la población a modificar sus hábitos alimenticios, por lo que ahora se observan problemas de obesidad y sobrepeso en niños de comunidades rurales, situación que no ocurría hasta hace unos años.

El problema es que, aunado a los precios tan bajos de los alimentos industrializados, hay una disponibilidad muy alta de estos productos en las tiendas del pueblo. “Es más fácil conseguir una coca-cola o galletas, que un kilo de carne y café de grano producido en la región”, dijo refiriéndose al estudio realizado en Guerrero, donde las comunidades ya no producen hortalizas, granos de café y frutas.

TLC trasformó el campo y la alimentación

La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994 provocó el abandono del campo y la modificación de los hábitos alimenticios de la población, aseguraron especialistas.

Arturo Osornio, subsecretario de Desarrollo Rural, afirmó que el campo mexicano fue exitoso “hasta que la globalización nos impuso el TLC y quisimos competir con Estados Unidos y Canadá”. Esto, prosiguió, paralizó por completo al campo y detuvo la producción a gran escala de los campesinos, hasta que fue más fácil importar alimentos agrícolas que producirlos en suelo mexicano.

A su vez, el tratado permitió la entrada de productos industrializados en grandes cantidades y con mayor disponibilidad, transformando los hábitos alimenticios de la población, señaló Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria.

Ambos coincidieron en la urgencia de reactivar el campo mexicano para sacar de la pobreza a 75% de los campesinos, reactivar la economía local y poner a disposición de las amas de casa alimentos con un mayor contenido nutrimental, que tendría un precio más bajo porque se produciría en la misma comunidad.

Costo de la canasta básica de alimentos

En las zonas rurales: $832 pesos per cápita

  • Carne, pollo, pescado: $210.37
  • Tortillas, arroz, maíz, frijol: $139.83
  • Huevo, leche, queso: $89.08
  • Frutas: $36.03
  • Legumbres: $64.92
  • Pan dulce, galletas, refrescos, pastas: $63.46
  • Alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar: $136.31

En las ciudades: $1,173

  • Carne, pollo, pescado: $264.34
  • Tortillas, arroz, maíz, frijol: $73.85
  • Huevo, leche, queso: $123.21
  • Frutas: $43.55
  • Legumbres: $73.24
  • Pan dulce, galletas, refrescos, pastas: $140.80
  • Alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar: $328.70

Fuente: www.24-horas.mx/familias-sacrifican-calidad-en-su-alimentacion/

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