Unasur impulsa contracultura ante creciente consumo de alimentos ultraprocesados
- Buscan efecto similar a lucha antitabaco, a través de un convenio marco que promueva buenos hábitos alimentarios entre la población.
15 de septiembre, 2015. El consumo en Uruguay de productos ultraprocesados creció 68% y el de bebidas azucaradas 150% en 10 años, ante lo cual el Ministerio de Salud Pública y la Cámara de Alimentos trabajan en etiquetado para que el comprador tenga la información. Esta realidad afecta a toda la Unasur, por lo que elevó un documento a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en busca de un marco que genere una contracultura de efecto similar a la lucha antitabaco.
Las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación y la actividad física, tales como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2, cáncer y osteoporosis representan la principal causa de morbimortalidad en Uruguay.
Niños, niñas, jóvenes y adultos consumen una dieta de baja calidad y tienen bajo nivel de actividad física. En el caso de los alimentos que consumen son escasos en frutas, verduras y pescado y excesivos en alimentos tipo snack, golosinas y bebidas azucaradas.
Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud Pública (MSP), 91% de la población adulta consume menos de cinco porciones de frutas o verduras por día, 70% de los adolescentes de 13 a 15 años consumen una o más veces por día bebidas azucaradas y en promedio los adultos las beben cuatro días a la semana.
El consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados y de comida rápida es muy alto, pues llega a los 49.5 kilogramos por persona al año, lo que posiciona a Uruguay como uno de los países de América Latina con mayor crecimiento en las ventas durante 2000-2013.
El incremento llega a 68.4% en el caso de alimentos ultraprocesados, 146% en bebidas y 75% en comida rápida. Sólo 28.8% de los adolescentes tienen un nivel de actividad física adecuado y 30.1% tiene bajo nivel de actividad física.
En los últimos años se registró un notorio incremento del sobrepeso y de la obesidad en el país. En sólo siete años aumentó en casi 12 puntos, desde 56.6% en 2006 a 68.3% en 2013. Los datos sitúan al Uruguay dentro de los países con mayor problemática en el mundo.
El sobrepeso y la obesidad se inician tempranamente, indican los estudios. El 20.2% de los adolescentes presentan sobrepeso y 7 % obesidad. Además, 9,5 % de los niños y niñas menores de dos años y 11,5 % de los de dos a cuatro años presentan obesidad.
En ese contexto, los países integrantes de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), a través de sus ministros de Salud reunidos el 11 de este mes en Montevideo decidieron elevar, mediante un documento, un planteo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS), para elaborar un convenio marco.
El objetivo es que este convenio marco facilite importantes resultados, como ocurrió con el tabaco, y genere una contracultura en materia alimentaria y promueva buenos hábitos en la población.
El ministro de Salud de Uruguay, Jorge Basso, explicó a la Secretaría de Comunicación que todos los indicadores demuestran un incremento sostenido del sobrepeso y la obesidad, no solo en población adulta, que llega a más de 50%, sino también en niños y adolescentes.
“Hace mucho tiempo que los organismos internacionales vienen trabajando sobre el tema. Primero impactó en los países del primer mundo y ahora en las naciones en vías de desarrollo”, apuntó.
Basso recordó que estos malos hábitos terminan en enfermedades crónicas y, en muchos casos, mortales. “Tal como te alimentas es esperable cómo vivas y cómo mueras. Todos somos muy dependientes de cómo nos alimentamos”, insistió.
Riesgo de sobrepeso desde la infancia
Cuanto más temprana es la edad de inicio del sobrepeso y la obesidad, mayor es el riesgo de mantener el sobrepeso o de tornarse obeso al avanzar la edad.
La obesidad en los niños es una enfermedad crónica, ya que se perpetúa y aumenta el riesgo de síndrome metabólico, diabetes tipo 2, asma, hipertensión arterial y apnea del sueño, que afectan el crecimiento y desarrollo, la calidad de vida y longevidad.
La lactancia materna puede reducir la prevalencia de sobrepeso y obesidad, y ayuda a las madres a perder peso más rápidamente después del embarazo.
Un mayor consumo de frutas y verduras, y la realización de actividad física periódica son protectores del sobrepeso.
El elevado consumo de productos ultraprocesados, como galletas, galletitas, alfajores, caramelos, postres y carnes procesadas, de comidas preparadas, como papas fritas, y de bebidas azucaradas, se asocia no sólo con la obesidad sino también con dislipidemia y síndrome metabólico en niños, y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares en adolescentes y adultos.
Las características de estos productos pueden distorsionar los mecanismos de saciedad y de control del apetito, lo que lleva a un consumo excesivo, generando, en algunos casos, adicción.
El ministro Basso entiende fundamental que el ciudadano cuente con toda la información necesaria del producto que va a consumir, y en ese sentido se refirió al control sobre el etiquetado de los productos, aspecto sobre el cual se viene trabajando junto a la Cámara de Alimentos.
“El consumidor debe tener la información lo más clara posible para que la opción sea informada, desestimulando el consumo rápido de alimentos sin valor nutricional”, indicó.
Los niños son muy vulnerables al poder persuasivo de los mensajes comerciales, y son incapaces de discernir esa intención. De ahí la importancia de la acción educativa. Las intervenciones en el ámbito escolar tienen potencial para mejorar el comportamiento alimentario, la actividad física y evitar aumentos excesivos de peso.
El jerarca insistió en el apoyo desde el hogar, con el envío de una “vianda” con alimentos allí elaborados. “Alimentarse no es saciar el hambre, es algo más que llevarse cualquier cosa al hogar y consumirlo rápidamente, sino poder elegir”, dijo.
Normativa vigente
En Uruguay existe la Ley de “Alimentación Saludable en los Centros de Enseñanza” (N° 19.140), formulada en 2013, que tiene por finalidad proteger la salud de la población que asiste a establecimientos escolares y liceales, públicos y privados, a través de la promoción de hábitos alimenticios saludables. Señala las responsabilidades del Ministerio en cuanto a las recomendaciones y la orientación en este sentido.
La normativa señala que el Ministerio de Educación y Cultura debe incluir en el sistema educativo el tema de los hábitos alimenticios saludables y estimular el consumo de agua potable y la realización de actividad física, al tiempo que prohíbe la publicidad en los establecimientos educativos de aquellos grupos de alimentos y bebidas que no estén incluidos en el listado.