Cooptación de política y ciencia por corporaciones se convierte en el mayor riesgo para la salud pública - Alianza por la Salud Alimentaria

Cooptación de política y ciencia por corporaciones se convierte en el mayor riesgo para la salud pública

  • La intervención de la industria en la ciencia y la política agudiza los problemas de salud pública.
  • Pedimos a legisladores escuchar a OMS y expertos en salud pública para aumentar impuesto a bebidas azucaradas a $2 pesos por litro.

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Ciudad de México, 17 de octubre, 2016. La intervención de los intereses de las grandes corporaciones en la elaboración de la ciencia y de las políticas de salud pública se han convertido en una de las principales amenazas para la protección de la salud de la población, concluyeron los participantes en la conferencia de prensa sobre el conflicto de interés y política pública.

Desde la intervención de la industria del azúcar para desviar la atención por más de 50 años de ese ingrediente como una de las causas centrales de las muertes por enfermedad coronaria, hasta la práctica actual de la industria refresquera que niega los daños de su producto y combate medidas efectivas de salud pública, como el impuesto a esas bebidas, la práctica es la misma: mantener una guerra en contra de las políticas de salud pública que afectan sus intereses económicos.

conf-prensa-conflico-interes-impuestoLa doctora Laura Schmidt, investigadora de la Universidad de California en San Francisco, coordinadora del estudio publicado recientemente en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) “La industria azucarera y la investigación de la enfermedad coronaria. Un análisis histórico de documentos de la industria”,[1] señala que a través de documentos internos se ha revelado que esta industria se encargó de sembrar dudas sobre la posible responsabilidad del azúcar en las muertes por enfermedades coronarias, al tiempo que promovía la percepción de que las grasas eran las principales causas. El análisis de los documentos internos de la industria del azúcar de los decenios de los 60 y 70 del siglo pasado muestra como esta industria realizó una estrategia exitosa para cooptar científicos e influir en los políticos determinando la política por más de 50 años.

La doctora Schmidt declaró: “Los tomadores de decisión, quienes elaboran las políticas públicas, así como los propios legisladores que votan iniciativas como medidas fiscales, deben tener cuidado en distinguir de quien viene la información: si se trata de evidencia científica libre de conflicto de interés o si se trata de estudios financiados por intereses económico; si los estudios han sido publicados en prestigiadas revistas científicas y revisadas por pares; si lo que se afirma en los estudios concuerda con la evidencia científica de otros expertos reconocidos por su integridad científica.”

infografia-la-industria-pago-a-cientificosEn tanto, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor —organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria—, señaló: “Si se aplican los criterios recomendados por la doctora Schmidt para distinguir un estudio de otro, en el caso del impuesto a las bebidas azucaradas, los legisladores deberían de tener mucho cuidado en los estudios pagados por la industria refresquera que concluyen que el impuesto no ha tenido efecto, ya que son estudios no publicados en revistas científicas, no revisados por pares, no concuerdan con la evidencia publicada por otros expertos libres de conflicto de interés y, especialmente, están financiados por la industria que tiene directamente un interés económico en la materia.”

Al respecto, Karina Sánchez, investigadora especializada en el tema de conflicto de interés del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló: “Está comprobado que los estudios patrocinados por la industria de bebidas azucaradas no encuentran asociación entre el consumo de éstas y el sobrepeso, la obesidad y la diabetes; mientras que los estudios independientes encuentran una asociación directa. Para el caso de México, encontramos la misma relación: los estudios independientes encuentran que el impuesto a las bebidas azucaradas ha sido exitoso, los patrocinados por la industria no. Esto es grave pues la salud de los mexicanos no debería representar un negocio para algunos. Proteger la salud y tomar decisiones públicas basadas en información no patrocinada por empresas que pudieran tener un beneficio económico debería ser una prioridad del Estado y, en este caso, de los legisladores”.

Durante la conferencia se hizo referencia a un estudio reciente publicado en el Journal of Preventive Medicine que informa que Coca-Cola Company y PepsicCo financiaron 96 organizaciones nacionales de salud en los Estados Unidos entre 2011 y 2015, al tiempo que cabildearon en contra de 29 iniciativas de salud pública que afectarían las ventas de bebidas azucaradas. Diversas instituciones médicas y de salud que incluyen en su misión combatir la epidemia de obesidad recibieron financiamiento de estas compañías. Con este tipo de prácticas se neutraliza a los profesionales de salud y se logra, incluso, que participen públicamente respaldando las posturas de la industria de bebidas en contra de las políticas de salud pública.

También se mencionó al artículo “Leaked: Coca-Cola’s Strategy to Kill Soda Taxes”, publicado por la revista Político de gran influencia entre los tomadores de decisión de los Estados Unidos, que da cuenta del contenido de una serie de correos internos de Coca-Cola que muestran las estrategias desarrolladas por esta empresa a escala internacional, nacional y local, para oponerse a cualquier política regulatoria, especialmente a los impuestos. En esos correos se puede leer la estrategia dictada por la refresquera para enfrentarse a la medida que más les puede afectar, el impuesto: argumentar que no sirve para enfrentar la obesidad, significa una reducción insignificante de calorías, afecta a los más pobres, provoca pérdidas de empleos, sumar a la estrategia a los pequeños comerciantes, etcétera.

En relación a la discusión que se realiza en el Congreso de la Unión, los participantes en la conferencia sugirieron a los legisladores seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los expertos en salud pública de fortalecer el impuesto a las bebidas azucaradas en México incrementándolo a $2 pesos por litro, señalando que este impuesto se potencializaría si parte de los recursos se destinan a la prevención.

Para mayor información sobre el artículo más reciente de la doctora Laura Schmidt, ver: How the Sugar Industry Shifted Blame to Fat. The New York Times, 12 septiembre 2016. www.nytimes.com/2016/09/13/well/eat/how-the-sugar-industry-shifted-blame-to-fat.html?_r=0.

Infografía: De la vista gorda. Confirmado: la industria del azúcar pagó a científicos para que le echaran la culpa de todo a las grasas. Pictoline, 14 septiembre 2016. pictoline.com/4876-confirmado-la-industria-del-azucar-le-pago-a-cientificos-para-que-le-echaran-la-culpa-de-todo-a-las-grasas-%F0%9F%98%93.

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  1. Kearns C.E., Schmidt L.A. y Glantz S.A. Sugar Industry and Coronary Heart Disease Research: A Historical Analysis of Internal Industry Documents. Jama Intern Med. 12 septiembre 2016. jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/article-abstract/2548255.

 

Descarga presentación de la Dra. Schmidt aquí

 

Descarga semblanza de la Dra. Schmidt aquí

 

Descarga presentación de la investigadora del INSP Karina Sánchez aquí

 

Descarga boletín de prensa respectivo aquí

 

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