Emergencia epidemiológica por diabetes, tardía y débil - Alianza por la Salud Alimentaria

Emergencia epidemiológica por diabetes, tardía y débil

  • La nutrióloga Julieta Ponce alertó que «está a punto de colapsar el sistema de salud» en México, ya que el costo de la atención médica para quien presenta complicaciones es de $2 millones de pesos y millones de mexicanos desconocen que padecen esta enfermedad.

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17 de noviembre, 2016. La nutrióloga Julieta Ponce, integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria, alertó que de nada servirá la declaratoria de emergencia epidemiológica por diabetes y obesidad si no va acompañada de un plan de prevención de largo alcance y con políticas vinculantes, es decir, que garanticen la coordinación entre dependencias de los tres niveles de gobierno.

“Nos parece una alerta débil, debió haberse declarado hace algunos años y no solamente por las muertes por diabetes sino las relacionadas con sobrepeso y obesidad que es una de las principales causas. La epidemia avanza a pasos agigantados, las políticas de salud siempre llegan mal y tarde. Emitir una alerta sin una propuesta de anticiparse al daño, la hace débil”, opinó en entrevista con Aristegui Noticias.

Acusó timidez en la gestión de la Secretaría de Salud en este sexenio, pues su actuación ha obedecido más a presiones de la industria alimentaria que a una intención real por combatir esta emergencia. “Cuando la sociedad civil se manifestó a favor del impuesto al refresco la misma Secretaría de Salud estuvo en contra”, acusó.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, en 2012 el 71.2% de la población adulta en nuestro país, más de 55 millones de personas, padecían sobrepeso u obesidad; es decir, 7 de cada 10 mexicanos. De éstas, 9.2% tenía diabetes: 7 millones 154 mil 888 personas.

La también directora del Centro de Orientación Alimentaria dijo que “el daño que tienen las personas adultas, ya está hecho y si bien es importante que acudan a un servicio de salud, se les debe atender con mayor especialidad. No vemos una estrategia seria de prevención”.

Sustitutos de azúcar agravaron el problema

Advirtió que mientras en 1980 la política que se proponía ante las 14 mil muertes anuales por diabetes era simplemente evitar ingerir más calorías de las que se gastaban en las actividades cotidianas, ahora el problema es sumamente complejo.

“Lo que se fue descubriendo con el tiempo fue el tipo de metabolismo que se genera con la acumulación de grasa en el cuerpo y ahí fue donde nos parece que se perdió. Lo que no sabíamos era que el tejido adiposo es metabólicamente activo y que las señales que se emiten a través de la acumulación de grasas y los excesos de ciertos tipos de azúcares, fueron emitiendo algo que se conoce como resistencia a la insulina; es decir, las ciencia decía: ‘no son tan útiles los sustitutos de azúcar’. Entonces, al querer quitar el azúcar y la grasa de los alimentos se incrementaron el uso de aditivos y sustitutos de azúcar que hoy sabemos que son más riesgosos para la diabetes y la obesidad“, explicó.

Añadió que “la manipulación excesiva de los alimentos industrializados no ha sido la solución al problema de la obesidad. Cuando se quiso tratar la obesidad quitando azúcares y grasas, se detonó la diabetes por esta condición que se llama resistencia a la insulina. Se hizo trabajar más al páncreas, el páncreas secretó más insulina al torrente sanguíneo y esa es una de las primeras condiciones que provocan una intolerancia a la glucosa. Hay otros pasos anteriores a la diabetes donde pudimos haber intervenido de forma oportuna para que no llegáramos a esto”.

Sistema de salud al borde del colapso

De acuerdo con datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), una persona con diabetes bajo tratamiento adecuado implica un gasto de $92 mil pesos mientras que las que presentan complicaciones el gasto se eleva hasta $2 millones de pesos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de las personas que padecen diabetes aún no lo saben. En México esta cifra podría superar los 6 millones de personas, de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 y el año pasado la Federación Mexicana de Diabetes estimó que las personas con diabetes en México ya podrían rebasar los 8 millones y otra cantidad similar la padece y aún no lo sabe.

“Pasaron varias cosas: se incrementaron los casos de personas con diabates; se incrementaron los casos de personas que viven sin saber que padecen diabetes, y se encareció el gasto en salud. Entonces, prácticamente está a punto de colapsar el sistema de salud“, declaró Julieta Ponce.

Al respecto, el director General del IMSS, Mike Arriola, detalló que la atención de la diabetes y sus complicaciones cuestan al organismo $51,000 millones de pesos. Un paciente controlado con medicamento representa un gasto de $100 pesos al año y quienes están sometidos a diálisis y hemodiálisis implican $320 mil pesos anuales.

“Nos estamos gastando 8 mil millones de pesos en hemodiálisis para 70 mil pacientes; con eso podríamos hacer 120 unidades médicas familiares”, apuntó en el marco del Cuarto Encuentro Nacional Diabetes y Sociedad.

El funcionario añadió que el número de derechohabientes del IMSS con diabetes es de 3.5 millones y que, el año pasado, causó la muerte de 21,000 personas, además de que se convirtió en la segunda causa de consulta anual.

Por todo ello, Julieta Ponce lamentó que “la diabetes está afectando a la población más pobre, la diabetes está generando pobreza y seguimos emitiendo señales de atención sólo donde está el problema pero no estamos anticipándonos a este daño de acuerdo con la experiencia que ya tenemos en México”.

¿Chécate, mídete, muévete? Y el gobierno, ¿qué?

La nutrióloga cuestionó las medidas paliativas para el problema que el gobierno federal ha impulsado. Dice que todas van encaminadas a responsabilizar al ciudadano de su condición.

“Me parece lamentable el tono de comunicación de la Secretaría cuando anuncian: ‘tú chácate, tú mídete, tú muévete’, y nosotros nos preguntamos: ¿cuáles son los mecanismos de detección oportuna de diabetes gestacional?, ¿Dónde están las campañas de detección de glocosa en la sangre para toda la población escolar que ya padece sobrepeso y obesidad?, ¿dónde está la distribución glucómetros y de tiras reactivas?”.

Comentó que del lado de los esfuerzos para la detección y atención de la diabetes, se requiere que “al mismo tiempo haya una política vinculante de salud con alimentación para que se declaren cuáles son los alimentos más protectores para la diabetes, por ejemplo, chía, amaranto, maíz, frijol, nopal, sardina y quisiéramos una declaratoria de los alimentos estratégicos para México que impulsen políticas de producción y que la población sepa dónde están estos alimentos y cuánto cuestan para incentivar su consumo, al tiempo de crear una red de distribución y abasto”.

Alertó que ninguna Estrategia Nacional contra la Diabetes o la emisión de declaratorias de Emergencia Epidemiológica servirán de nada si no se hace lo anterior: “De qué sirve alertar a la población cuando no tenemos los alimentos disponibles y accesibles, sobre todo los más saludables”.

El conflicto de interés y la industria alimentaria

Julieta Ponce indicó que la Secretaría de Salud tiene la gran responsabilidad de alertar sobre los alimentos que ponen en riesgo nuestra salud y, en especial, los que afectan a los menores.

“Necesitaríamos unas campañas de difusión sobre alerta y cuidados para galletería, jugos, industrializados, pero no solamente para los bebés, sino para por lo menos los 2 primeros años de vida, junto con una campaña que advierta sobre los riesgos de la azúcar adicionada”.

También es necesario que “la Secretaría haga un análisis de todos los productos que contengan jarabe de maíz de alta fructosa que fue uno de los productos con el que se empezó a endulzar a la industria sobre todo de bebidas a partir del Tratado de Libre Comercio”.

Cuestionó que, por el contrario, lo que impera es la política comercial de la industria alimentaria: “¿Qué es lo que vemos ahora? Pues la política mercantil y de comercialización que permite la multiplicación de puntos de venta de bebidas azucaradas como son la tiendas de conveniencia de Oxxo que, a su vez, pertenecen a una refresquera que es FEMSA. Y no vemos por ejemplo la multiplicación de los puntos de venta ni de tortillas ni de frijoles, ni de verduras”.

Recordó: “cuando en 2008 se lanzó una iniciativa para regular los alimentos que se le vendían a los niños en las escuelas, claro que la industria alimentaria impugnó esta iniciativa, se detuvo, hicieron una nueva categoría de alimentos para que pudieran entrar las bebidas azucaradas a las escuelas y se generó una nueva categoría que se llama ‘alimentos líquidos’, que no existía. Sacaron los refrescos de las escuelas primarias, no de las secundarias, pero a cambio metieron jugos, bebidas de soya endulzadas, yogures y otras bebidas, como tipo Yakult en versiones más pequeñas.

“Es decir, no hemos visto que el gobierno privilegie los intereses de la ciudadanía y los derechos humanos, y sus políticas se dirigen a los alimentos industrializados para proteger los intereses del mercado”, manifestó.

Tres medidas inmediatas que NO requieren inversión

Garantizar las condiciones para la lactancia materna, incrementar el impuesto al refresco y garantizar el acceso al agua potable gratuita con suministro permanente”, así resume Julieta Ponce las tres medidas que -desde su perspectiva-, el gobierno puede implementar de forma inmediata y que no requieren un peso de presupuesto, además de que “podría ser una clara muestra del no conflicto de intereses” con la industria alimentaria.

La integrante por la Alianza por la Salud Alimentaria urgió también a que se garanticen “las condiciones para lograr lactancia materna inmediata en los primeros 30 minutos al nacimiento tal como lo dicta la norma y esto no está sucediendo en nuestro país, lo que eleva los factores de riesgo para padecer diabetes y sobrepeso, tanto en las madres como en los hijos”.

En el segundo punto, dijo: “Si tuviera sustento esta alerta se tendría que medir en este momento la duplicación del impuesto al refresco, porque no solamente ha sido un impuesto recaudatorio y además disminuyó el consumo de este producto que es altamente riesgoso. Entonces, si de acuerdo con la evidencia científica el 20% del valor del refresco es lo que ha motivado la mayor disminución del consumo, entonces esto sería una clara muestra de que el gobierno no tiene conflicto de interés”, detalló.

Y la tercera medida urgente es “que ya el día de hoy tendría que emitirse una estrategia especial para garantizar agua potable y además es un derecho humano”.

Césareas y diabetes

Julieta Ponce explicó que es muy importante que desde el sistema de salud se detecte cuando una mujer llega con sobrepeso al embarazo para “destinar todos los recursos a fin de detectar diabetes gestacional que sería el primer detonador. Además de evitar los nacimientos por cesárea al mínimo y que sean sólo los que realmente justifiquen una razón médica para hacerlos”.

En 2014, México se convirtió en el país con más cesáreas en el mundo, de acuerdo con la OMS. En 12 años este tipo de partos se incrementaron en un 50.3% de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud.

“Hoy sabemos que el nacimiento por cesárea es también un factor de riesgo“, indicó.

Sin coordinación, nada será efectivo

La directora del Centro de Orientación Alimentaria advirtió que “la epidemia avanza a pasos agigantados, las políticas de salud siempre llegan mal y tarde. Es un error de origen, mientras el tema no se declare en el Plan Nacional de Desarrollo donde el presidente (Enrique Peña Nieto), que es la figura de más alto poder, no tendremos una política pública vinculante, con un presupuesto establecido y con indicadores de resultados”, comentó.

“Considerando que la alimentación saludable es la medicina preventiva más barata, eficaz y efectiva, lo que comprendo es que no vamos ver resultados porque tenemos una política desvinculada. No hay una política, por ejemplo, para que la Secretaría de Salud pueda entrar a las escuelas; la SEP no vigila la salud; la Sagarpa no se sienta con Sedesol y ésta no puede hacer convenios con la Secretaría de Economía”, manifestó Julieta Ponce.

Fuente: aristeguinoticias.com/1711/mexico/emergencia-epidemiologica-por-diabetes-tardia-y-debil-alianza-por-la-salud-alimentaria/.

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