Se tiran 30 mil toneladas de comida a diario... y hay 7.4 millones en pobreza alimentaria - Alianza por la Salud Alimentaria

Se tiran 30 mil toneladas de comida a diario… y hay 7.4 millones en pobreza alimentaria

  • Obesidad y sobrepeso, pobreza alimentaria y desnutrición, así como el desperdicio de alimentos, son los contrastes que se viven en México, que, de no coordinar el Estado sus políticas públicas, por más que se haga no tendrán buenos resultados: Miriam Bertrán Vilá, coordinadora del recién formado Observatorio de Alimentación México.

MiriamBertránViláOAM
 

Dennis A. García | México, D.F. 25 de mayo, 2014. Obesidad y sobrepeso, pobreza alimentaria y desnutrición, así como el desperdicio de alimentos, son los contrastes que se viven en México, que, de no coordinar el Estado sus políticas públicas, por más que se haga no tendrán buenos resultados.

Es la conclusión de Miriam Bertrán Vilá, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Xochimilco, integrante del recién formado Observatorio de Alimentación México (OAM).

De acuerdo con datos oficiales, en el país todos los días se desperdician 30 mil toneladas de alimentos en buen estado; en contraste, 7.4 millones de mexicanos se encuentran en pobreza alimentaria; mientras que el 70% de la población total vive con sobrepeso.

En entrevista para Crónica, Bertrán Vilá comentó que la obesidad, la producción de alimentos y el hambre, deben combatirse de manera coordinada entre las distintas dependencias encargadas.

Al ser las tres problemáticas derivadas de un mismo problema, la investigadora se pregunta: ¿Qué hacer?

—-Que las políticas públicas estén coordinadas. La desnutrición y el hambre, la obesidad y la producción de alimentos no están desvinculadas… están relacionados con la forma de comer de la población.

A decir de la especialista, la descoordinación de las políticas públicas genera una desconfianza entre la sociedad de los programas que tiene el Estado para combatir dichas problemáticas.

“Lo único que lleva –la descoordinación- es tapar un hoyo y abrir otro; y por otra parte genera información que hace que la población no sepa a quién hacerle caso. Lo que tiene que hacer el Estado es coordinar a sus sectores, porque al final de cuentas la desnutrición y la obesidad es el resultado de la inseguridad alimentaria, y ésta es el resultado de las políticas públicas poco coordinadas”, señala.

Explica que la dieta básica mesoamericana es muy completa y saludable, sin embargo, ante la globalización en la que se encuentra el país, lo que predomina es el consumo de alimentos industrializados, “porque son más baratos en relación con los alimentos frescos”.

—¿Qué sucede? -cuestiona-

Hay un abandono de la soberanía alimentaria. La mayoría de los productos básicos se importan, lo que quiere decir que estamos a expensas de los cambios de los precios en los alimentos y hemos tenido recurrentes crisis de precios como el del maíz y el huevo.

La coordinadora del Observatorio de Alimentación México menciona que la pobreza alimentaria en México se manifiesta en una misma familia. Mientras los adultos tienen obesidad, los niños padecen de desnutrición.

Durante la charla, Miriam Bertrán Vilá indica que el mexicano, por el ritmo de vida en el que está inmerso, come lo que puede y tiene a su alcance en los puestos de comida que se pueden encontrar en la calle.

“El aumento de la obesidad en México se da en la población medio para bajo. La población medio alta y alta tienen la posibilidad económica y los conocimientos (educación) para tener una dieta más adecuada”, sostiene.

Respecto al programa contra la obesidad del gobierno federal, la investigadora sostiene que sus resultados serán muy limitados, ya que los mensajes para que la población cambie sus hábitos alimenticios está mal enfocado al igual que la Cruzada Nacional contra el Hambre, pues “si no hay desarrollo regional, vamos a tener que seguir distribuyendo alimentos de por vida”.

“Cómo vamos a mejorar la alimentación de la población si no sabemos lo que comen y por qué lo comen. Una vez que tengamos el diagnóstico podremos pensar en mejorar la alimentación”, enfatiza.

Cada uno de los programas —continúa— emite información distinta dirigida a la misma población y la sociedad no sabe claramente si debe atender la desnutrición de sus hijos o la obesidad… ese es el gran problema, la falta de coordinación en las políticas públicas.

Bertrán Vilá sostiene que todas las políticas alimentarias están basadas en emitir demasiada información, “tiran el rollo”; en ese sentido comenta que si se tiene que educar en cómo comer, es necesario que tengan estudios y eso mejorará sus hábitos.

Distribuir comida o dinero no es lo mejor. Hay que educar a la sociedad y para eso hay que mejorar los servicios educativos, porque mientras estén mejor preparados, sabrán comer sano”, indica.

En cuanto a la soberanía alimentaria, la investigadora menciona que está abandonado, y en términos de granos básicos. “Hoy por hoy estamos a expensas de la variación del precio del maíz”.

En ese sentido, asegura que “no hemos sido capaces de medir bien el impacto, lo que coloca al país en una situación muy vulnerable en términos del consumo de alimentos básicos… todas las políticas públicas están centradas en un sistema de mercado”.

Desde su oficina en la UAM Xochimilco, Miriam Bertrán Vilá explica que la coordinación para atender los males antes mencionados es la Secretaría de Salud, de Agricultura, Turismo y Desarrollo Social.

Y concluye: “México tiene grandes problemas que ponen en riesgo a la población, la obesidad, la desnutrición y la producción de alimentos, y de no coordinar de manera urgente, habrá grandes problemas”.

Fuente: www.cronica.com.mx/notas/2014/835378.html.

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