Dr. Robert Lustig llama a mantener el impuesto y presenta nuevo estudio que demuestra daño metabólico por consumo de azúcares en niños - Alianza por la Salud Alimentaria

Dr. Robert Lustig llama a mantener el impuesto y presenta nuevo estudio que demuestra daño metabólico por consumo de azúcares en niños

  • Los niños mexicanos están desarrollando enfermedades que antes eran sólo de adultos como diabetes, hígado graso y síndrome metabólico.
  • El estudio muestra que niños que redujeron la cantidad de azúcares agregados en su alimentación, presentaron una mejoría considerable en su salud metabólica.

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México, D.F. 27 de octubre, 2015. Uno de los más destacados investigadores internacionales sobre el efecto del azúcar en la salud, el doctor Robert Lustig, dirigió una carta a las Comisiones de Salud y Hacienda del Senado Mexicano, haciendo un llamado a no bajar el impuesto a bebidas azucaradas.

La carta firmada con otros investigadores de la Universidad de California, incluyó al exsubsecretario de Salud de México, el doctor Jaime Sepúlveda.

El mismo día en que señaló a los legisladores “confiamos que sea la evidencia científica lo que guíe las políticas públicas a favor de la salud de los mexicanos”, el doctor Lustig publicó una investigación que se suma a la evidencia del daño de los azúcares agregados a la salud de los niños.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California, San Francisco (UCSF) y de la Universidad de Touro California, revela que los niños que redujeron la cantidad de azúcares agregados en su alimentación presentaron una mejoría considerable en su salud metabólica al disminuir los niveles de colesterol y presión arterial, entre otros, en tan solo nueve días.

Actualmente, los niños mexicanos están desarrollando enfermedades que antes presentaban exclusivamente los adultos, como diabetes y otras condiciones menos visibles, pero no menos graves: hígado graso y síndrome metabólico.

El cambio en la dieta de los últimos 20 años ha favorecido un alto consumo de azúcares añadidos, particularmente en forma de azúcar líquida.

Las bebidas azucaradas contienen una mezcla de jarabe de maíz de alta fructosa con azúcar de caña refinada que en la población mexicana proveen el 70% de los azúcares añadidos consumidos al día.

El estudio se realizó con niños latinos y afroamericanos, y consistió en sustituir los azúcares añadidos por almidones y azúcares naturales provenientes de cereales y frutas, manteniendo el nivel de calorías que ya consumían previamente al estudio para evitar la pérdida de peso.

Los resultados fueron significativos: en promedio, la presión diastólica disminuyó 5 mm, los triglicéridos en 33 puntos, el colesterol LDL o “malo” en 10 puntos, la glucosa en ayuno en 5 puntos, los niveles de insulina se redujeron en un tercio y las pruebas de funcionamiento del hígado mejoraron.

“Es importante tomar en cuenta que estos resultados se obtuvieron sin modificar la cantidad de calorías ingeridas por lo que es independiente de la pérdida de peso, lo que indica que los efectos no se pueden atribuir a la presencia de obesidad como se suele argumentar.

Estos resultados fortalecen la idea de que no todas las calorías son iguales. Es un hecho que las bebidas azucaradas promueven el desarrollo de enfermedades crónicas”, declaró Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor —organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria.

Por su parte, Fiorella Espinosa, investigadora en Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, declaró: “Este estudio demuestra los beneficios a la salud inmediatos que se obtienen al reducir la cantidad de azúcares añadidos en la alimentación, especialmente provenientes de bebidas azucaradas. Es una evidencia más de la imperante necesidad de proteger a las y los niños, evitando su exposición a bebidas y alimentos altos en azúcares añadidos.”

Finalmente, los autores se declararon libres de conflicto de interés y señalaron que el estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), el Instituto de Ciencias Clínicas y Traslacionales de la UCSF y la Universidad de Touro.

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