La salud pública no debe estar en manos de “científicos” al servicio de la industria refresquera: Marion Nestle
- Llama a que la sociedad solicite a Coca-Cola dar a conocer los financiamientos que ha otorgado a investigadores, asociaciones e instituciones como ha ocurrido en otras naciones.
- En México hay cada año 24,000 muertes asociadas al consumo de bebidas azucaradas (Global Burden of Diseases).
Ciudad de México, 14 de abril, 2016. El impuesto a bebidas azucaras en México “es contagioso a nivel internacional” y por lo tanto la industria refresquera no escatima en financiar a investigadores para que realicen estudios a modo, así lo advirtió Marion Nestle, la investigadora más reconocidas en Estados Unidos en torno a la política en alimentos y nutrición.
En conferencia de prensa, donde presentó su más reciente libro “Soda Politics. Taking on Big Soda” (Las políticas de las bebidas azucaradas de los refrescos. Confrontrando a la gran industria refresquera), habló de la estrecha relación que crea la industria de alimentos y bebidas con algunos grupos de científicos asociaciones e instituciones para bloquear las políticas de salud pública contra la obesidad y la diabetes que afectan sus ganancias, buscan influir directamente en las políticas públicas sobre obesidad y diabetes.
Para Marion esta relación entre ciencia-industria se puede entender al conocer la respuesta de “¿a quién financia Coca-Cola?”, y citó como ejemplo que ante el avance de políticas públicas a favor de poner gravámenes a las bebidas azucaradas la industria ha gastado enormes cantidades de recursos en financiar investigaciones a favor de justificar su consumo y en acciones de mercadotecnia. “Tan solo en cabildeo en 2009 gastaron 40 millones de dólares contra una iniciativa federal para implementar un impuesto al refresco en Estados Unidos”.
Marion Nestle comentó que con el financiamiento de las grandes corporaciones a ciertos investigadores, éstos se presentan a servir a la salud de las empresas que a la salud de la población, poniendo sus investigaciones al “servicio de la industria”.
La industria está dispuesta a hacer cualquier cosa, cueste lo que cueste, por seguir en el ‘gusto’ de sus consumidores y evitar acciones que puedan desalentar su consumo, enfatizó Marion Nestle.
Explicó que los miles de millones de dólares con los que cuentan las refresqueras para hacer campañas van dirigidos completamente a ganar cada día más y su gasto contempla cabilderos en las cámaras legislativas, aportaciones para campañas políticas, enormes estrategias de mercadeo y precios muy accesibles para la población, sobre todo, la rural e indígena.
Reitero Marion que la influencia de estas grandes empresas no va únicamente a los gobiernos, sino inclusive utilizan formas y herramientas para llegar también a ciertos especialistas y algunas instituciones académicas.
De esta manera, patrocinan foros, investigaciones científicas, invitan a expertos a congresos internacionales, etc. La consecuencia de esta situación es que algunos especialistas en salud y nutrición han llevado su discurso hacia que el consumo de refrescos no es malo para la salud, sino que sólo depende de las cantidades que se tomen y que las políticas que se implementan para reducir su consumo no tienen ningún efecto en salud.
En tanto, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor —organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria—, afirmó que de acuerdo con el Global Burden of Diseases, en México hay cada año 24,000 muertes asociadas al consumo de bebidas azucaradas.
Calvillo consideró que el alto consumo que hay en México de azúcares añadidos juega un papel muy importante en el desarrollo de la diabetes tipo 2 “y los refrescos aportan el 70% de los azúcares añadidos en la dieta de los mexicanos”.
Asimismo, alertó de la campaña de la industria de refrescos contra el impuesto en México por el temor de que el ejemplo de México se extienda por el mundo: están por todos los medios tratando de justificar con “estudios e investigaciones hechas a modo” que el impuesto no ha funcionado y según ellos “no hay resultados visibles”.
Calvillo afirmó que así como hay científicos al servicio de la industria, también hay científicos comprometidos con la salud de la población, quienes han recomendado que para hacer más efectivo el gravamen a bebidas azucaradas es necesario incrementarlo a un 20% y lograr que los recursos se destinen a políticas públicas a favor de la salud, como sería la instalación de bebederos no solo en escuelas sino en edificios y lugares públicos y políticas efectivas de prevención.
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Marion Nestle es autora de cuatro libros premiados: Food Politics: How the Food Industry Influences Nutrition and Health; Safe Food: The Politics of Food Safety; What to Eat; and Why Calories Count: From Science to Politics (con el doctor Malden Nesheim).
En 2011 la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley la nombró Héroe de la Salud Pública, la revista Time incluyó su cuenta de Twitter entre las 140 más influenciables y su top 10 en salud y ciencia.
Escribiendo para Forbes, Michael Pollan la posicionó como la mujer #2 más poderosa en temas de alimentación en América (después de Michelle Obama).
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