Piden cruzada nacional contra la mala nutrición - Alianza por la Salud Alimentaria

Piden cruzada nacional contra la mala nutrición

  • Médicos afirman que las personas de bajos recursos buscan alimentos que les proporcionan más calorías a menor precio.

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Laura Toribio | México D.F. 27 de febrero, 2013. Los mexicanos con inseguridad alimentaria tienen prevalencias de sobrepeso y obesidad similares a la población que no experimenta esta condición.

Ante ello, el doctor Juan Rivera Dommarco, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de la Secretaría de Salud, planteó que, además de pensar en una cruzada contra el hambre, el gobierno federal debe concebir una cruzarla contra la mala nutrición.

«No hay que pensar sólo en la desnutrición, sino hay que pensar ahora también en todos estos problemas de sobrepeso y obesidad que resultan de dietas muy altas en carbohidratos, muy altas en azúcares y muy bajas en calidad, en proteína y en otros nutrientes», expuso.

De acuerdo con el libro ‘Obesidad en México, recomendaciones para una política de Estado’, realizado por reconocidos expertos en el tema, el nivel de ingreso es un determinante de la estructura y las decisiones de consumo alimenticio, pues mientras la alimentación de los individuos más pobres está más orientada a alimentos con alto contenido energético, como pan y tortillas, los de mayor ingreso destinan un mayor porcentaje al consumo energético en grupos como las carnes, leche y derivados.

Se encontró que los hogares con menores niveles de ingreso toman decisiones de consumo que les permiten obtener mayor nivel de calorías a un precio menor y obtienen la mayor parte de su requerimiento energético a partir del consumo que tiene alta densidad energética, es decir, aquellos alimentos que en 100 gramos contienen muchas calorías.

Por ejemplo, en 2012, los individuos de menor ingreso gastaban, en promedio, $3.60 pesos diarios en alimentos con alta densidad energética, con lo cual obtenían aproximadamente 62.7% de las calorías consumidas, en tanto que los $2.90 pesos que gastaron, en promedio, en alimentos con baja densidad equivalían apenas a 7% de su consumo de energía.

“La pobreza actualmente es un factor de riesgo de obesidad, porque los pobres acaban buscando los alimentos que más calorías les dan por menor precio y esto es utilizado muy hábilmente por la industria para vender alimentos con alta cantidad de calorías”, explicó Rivera Dommarco.

Al participar en el foro “Por una política integral para el combate a la obesidad”, Rivera Dommarco consideró necesario que en el Plan Nacional de Desarrollo se incluyan las 10 líneas de acción del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, firmado en 2010 y que, en esta ocasión, las acciones cuenten con presupuesto, mecanismos de rendición de cuentas y un organismo coordinador intersectorial para atacar la epidemia de sobrepeso y obesidad que en México afecta a siete de cada 10 personas.

“En este momento es urgente, corremos el riesgo de que ya no se considere el Acuerdo Nacional de Salud Alimentaria en estos 10 objetivos y que entonces volvamos a empezar de cero”, advirtió.

Dicho acuerdo plantea como ejes prioritarios para enfrentar la epidemia, fomentar la actividad física, aumentar la disponibilidad y el consumo de agua, disminuir el consumo de azúcar y grasas en bebidas, incrementar el consumo diario de frutas y verduras, leguminosas, cereales de granos enteros y fibra, mejorar la capacidad de toma de decisiones informadas de la población sobre una dieta correcta a través de un etiquetado útil.

Además de promover y proteger la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, disminuir el consumo de azúcares y otros edulcorantes calóricos añadidos en los alimentos, disminuir el consumo diario de grasas saturadas en la dieta, orientar a la población sobre el control de tamaños de porción recomendables en la preparación casera de alimentos y reducir el consumo diario de sodio.

Fuente: Excélsior.

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