La transición de la dieta tradicional mexicana a una dieta industrializada ha contribuido al aumento de peso, ya que esto ha ocasionado un mayor consumo de alimentos procesados con un alto contenido de energía, azúcares, grasas saturadas, colesterol, y muy pobres en fibra.
La dieta promedio mexicana es equilibrada, valiosa y es más recomendable que la dieta industrializada; siempre y cuando no se añadan aceites en su preparación y no se recurra a fritos, capeados o empanizados. Los platillos típicos pueden disfrutarse de igual forma aprovechando sus sabores naturales y ricos en nutrientes.
Tradicionalmente hemos denominado un guiso “a la mexicana” cuando se utiliza en su preparación chile, cebolla y jitomate; haciendo referencia a los colores de nuestra bandera mexicana y llenando nuestro platillo de sabores deliciosos.
Regresar a nuestra dieta tradicional mexicana nos ayudará a perder peso. Por ejemplo, comer una quesadilla de hongos en el desayuno, o una rica ensalada de nopales con jitomate, chile y cebolla en la comida o cena puede hacer la diferencia a largo plazo en la tarea de perder de peso.
¡Regresemos a nuestra alimentación tradicional, recuperemos un peso saludable y nuestra cultura alimentaria!
Actúa: Consume platillos típicos mexicanos en su forma natural, sin añadir aceites en su preparación: quesadillas de flor de calabaza, quesadillas de huitlacoche, arroz a la mexicana, tinga, calabacitas a la mexicana, esquites, tlacoyos de haba o frijol o requesón, sopa de hongos, frijoles de la olla, pollo en salsa verde con nopales, etcétera.
____________________
Fuente consultada: Rivera M. ‘La educación en nutrición, hacia una perspectiva social en México’. Rev Cubana Salud Pública 2007; 33 (1): 0-0.