Proponen gravar 20% a refrescos - Alianza por la Salud Alimentaria

Proponen gravar 20% a refrescos

  • Disminuir el consumo de estas bebidas disminuiría 12% el riego de diabetes, según expertos.
  • Académicos y el INSP aseguran que podría atenuarse el consumo de 163 litros per cápita anuales a 121 litros.

BebidasAzucaradasEspecialistas
 

Laura Toribio | 8 de marzo, 2013. Para el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), así como para expertos de las universidades de Harvard, Carolina del Norte y del Sur de California, imponer un impuesto de por lo menos 20% a los refrescos es una prioridad de salud pública para combatir la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes en México, además de otras enfermedades, como síndrome metabólico, ácido úrico, artritis y padecimientos coronarios.

De acuerdo con un análisis del potencial del impuesto a refrescos en México, como una estrategia de prevención de obesidad, realizado por investigadores del INSP, con un impuesto de 20% podría reducirse el consumo de refrescos de 163 litros per cápita anuales a 121 litros, y se recaudarían entre $22,000 y $24,000 millones de pesos.

Arantxa Colchero, investigadora del INSP, explicó que el impuesto al refresco no sería regresivo y que no representaría un aumento en la proporción del gasto de los hogares más pobres.

En contraste implicaría, según el análisis presentado ayer en el marco del 15 Congreso de Investigación en Salud Pública, efectos importantes en la salud, como la reducción del riesgo de diabetes en 12%.

En México, 71% de los adultos y 30% de los niños y adolescentes padecen sobrepeso u obesidad y se cuenta con la suficiente evidencia científica de la relación de esta epidemia con el consumo de refrescos.

En 19 países ya se aplican impuestos a bebidas azucaradas, una recomendación para naciones con elevadas prevalencias de obesidad y altos niveles de consumo de refrescos, como es el caso de México.

“No planetamos que el impuesto es la única mediad, tiene que acompañarse de muchas otras, pero los impuestos pueden tener un efecto más inmediato que otras intervenciones educativas”, argumentó Arantxa Colchero.

En su participación en el simposio sobre «Bebidas azucaradas: efectos en salud y políticas para su regulación», Barry Popkin, investigador y experto en nutrición de la Universidad de Carolina del Norte, que ha estado involucrado en la formulación de políticas, tanto nacionales como internacionales en muchos países, incluyendo México, coincidió en que el impuesto al refresco es lo primero que se puede hacer para combatir la obesidad y enfermedades crónicas, pero, además de ello, se necesitan regulaciones en las escuelas y cambio de las normas sociales.

En este contexto Walte Willet, jefe del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, comentó que, con base en diversos estudios, se estima que el riesgo de desarrollar diabetes aumenta 15% por el consumo de refrescos, mientras que el peligro de ataques al corazón y morir de enferemdades coronarias crece hasta 25%.

“El consumo de las bebidas endulzadas está asociado con un mayor riesgo de sobrepeso, obesidad, síndrome metabólico, diabetes tipo II, enfermedades coronarias y la gota. Por sus impactos en la salud y el alto consumo, el impuesto a los refrescos sería una prioridad de salud pública”, dijo.

Por su parte Michael Goran, de la Universidad del Sur de California, que se ha enfocado a investigar por casi 20 años las causas y las consecuencias de la obesidad infantil, expuso que al hecho de que México es el principal consumidor de bebidas endulzadas en el mundo se suma la predisposición genética de la población hispana, que los hace más susceptibles al impacto metabólico de los azúcares.

“Hemos visto que entre los hispanos en Estados Unidos, a diferencia de otros grupos, tienen una aparición más temprana de la obesidad, a los 12 años de edad la prevalencia de la obesidad entre los hispanos en Los Ángeles es casi el doble a diferencia de otros grupos étnicos”, detalló.

Fuente: Excélsior.

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