El etiquetado frontal de advertencia y el interés superior de niñas, niños y adolescentes - Alianza por la Salud Alimentaria

El etiquetado frontal de advertencia y el interés superior de niñas, niños y adolescentes

  • El etiquetado frontal claro y de fácil comprensión es una de las medidas más relevantes para que toda la población pueda hacer mejores elecciones con respecto a los productos alimenticios que adquiere y consume.

Niño sentado con una bebida azucarada en las manos

Catalina Gómez (jefa de Política Social de Unicef México) | 4 de octubre 2019. El pasado 1 de octubre sucedió un hecho histórico en el país con la aprobación de la Ley General de Salud por parte de la Cámara de Diputados. En dicha ley se incluye la propuesta de adoptar un etiquetado frontal de advertencia. La votación fue significativa, pues fue unánime y contundente a favor del etiquetado. Los diputados demostraron claramente que están comprometidos con la adopción de medidas efectivas para frenar la epidemia de sobrepeso y obesidad.

En el contexto de estas discusiones sobre el etiquetado, Unicef se ha sumado a múltiples voces para resaltar la urgencia de adoptar un nuevo etiquetado claro y de fácil comprensión en el país. Este es un llamado que hacemos por el bienestar de toda la población, pero especialmente por el derecho que tienen niños, niñas y adolescentes a crecer saludables y a desarrollar todo su potencial.

Al respecto, quisiera detallar en qué consiste la urgencia:

En México, la epidemia de sobrepeso y obesidad está afectando la salud y bienestar de todos los grupos etarios. Dicha epidemia está creciendo y no va a parar con medidas tímidas que no informen de manera adecuada sobre el consumo productos procesados y bebidas cargados de elevadas cantidades de calorías, azúcares, sal y grasas saturadas, todos directamente vinculados con obesidad y enfermedades cardiovasculares.

México es uno de los países que más consume productos ultraprocesados del mundo, y los que más consumen estos productos son los niños, niñas y adolescentes. Los datos disponibles nos dicen que alrededor del 40% de la ingesta de calorías de niños en edad preescolar proviene de dichos productos, mientras que para adolescentes es del 35% y para adultos 26%.[1] En el país, entre el 58% y el 85% de los niños, niñas y adolescentes tienen un consumo excesivo de azúcares añadidos, así como entre el 67% y el 92% lo tiene de grasas saturadas, de acuerdo con los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Las consecuencias de este consumo inadecuado son evidentes y alarmantes: 1 de cada 3 niños, niñas y adolescentes sufre de sobrepeso y obesidad en México. Esto debe frenarse, de lo contrario, continuaremos con la epidemia, con una infancia que crecerá enferma y sacrificando el bienestar y el progreso del país. Dicha afirmación no es exageración, dado que el sobrepeso y la obesidad genera 2% de pérdidas del PIB relacionados a los costos en salud y pérdidas en productividad.

El etiquetado frontal claro y de fácil comprensión es una de las medidas más relevantes para que toda la población pueda hacer mejores elecciones con respecto a los productos alimenticios que adquiere y consume. Es importante notar que el etiquetado no es una medida mágica que todo lo resuelve, pero sí es una de las medidas más costo efectivas para lograr hacer cambios de consumo y para frenar la epidemia de sobrepeso y obesidad en el mediano plazo.

Desde Unicef apoyamos un nuevo etiquetado frontal basado en el sistema chileno, pues ha sido uno de los más efectivos. No veo por qué México deba conformarse con un etiquetado poco efectivo teniendo la oportunidad de adoptar el mejor, aprovechando la evidencia existente y las lecciones de otros países que ya han evaluado la efectividad y la capacidad de comprensión de su etiquetado.

El etiquetado nutrimental debe estar diseñado para que todos los miembros de una familia lo puedan comprender, especialmente niños, niñas y adolescentes, pues ellos también son parte de las decisiones de consumo de un hogar. No basta con que padres, madres y/o cuidadores lo entiendan. Con un etiquetado claro y de fácil comprensión, también se está asegurando que diversos grupos a lo largo del país con menos acceso a educación puedan comprenderlo. Es un aspecto de equidad y de acceso universal a la información.

Desde Unicef reconocemos a todos los diputados y al amplio número de instancias de gobierno, organizaciones de la sociedad civil y academia que han respaldado oportunamente el etiquetado frontal de advertencia. Se logró un triunfo contundente, pues se decidió apostar colectivamente a la salud de la población.

Hacemos un llamado a que próximamente el Senado de la República también le dé su voto favorable. Instamos a que en las discusiones que sostengan prevalezca la importancia de actuar frente a la epidemia de sobrepeso que vive el país. También instamos a que se reconozca el interés superior de la niñez, el cual es un principio reconocido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General de los Niñas, Niños y Adolescentes, así como un principio de la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificado por México en 1990.

Tener en cuenta el interés superior de la niñez implica garantizar y proteger su desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos como criterios rectores para la elaboración de la política pública. El bienestar de la infancia debe primar por encima de intereses comerciales e industriales. Solo así México podrá combatir efectivamente el sobrepeso y la obesidad y darle la oportunidad a todos los niños, niñas y adolescentes a desarrollarse plenamente y tornarse adultos sanos, activos y productivos.

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[1] Ensanut 2012.

Fuente: https://www.unicef.org/mexico/historias/el-etiquetado-frontal-de-advertencia?fbclid=IwAR0bSHZtzfjkFzr3zHuGJZubjZWDB2vxu_ofRJze0pC_b96wIxk9BtQhsFY

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